Es bastante sutil al principio. El sol llega hasta la punta de la cama, la ducha me apetece un poco más fría. No sé muy bien por qué, pero llevo dos minutos tarareando esa canción. Sonrío. ¿Ese árbol siempre ha estado allí? ¿Y esa puerta? Todo se potencia un grado. Violeta, amarillo, verde y limón en un mismo día. Parece evidente que es ella pero aún no del todo. Hasta que hoy, sin venir a cuenta, se me escapa esta frase de Salinas. Entonces sí que ha llegado.
Cuántas cosas perdidas
que no se perdieron nunca.
Todas las guardabas tú
