sueño

Era verano. Estábamos en Grecia, en la pequeña isla de Lipsi, navegando en un barco de madera capitaneado por un señor mayor medio ciego y un niño de diez años. Comimos demasiado y me quedé frito. Al despertar, desubicado y algo aturdido – como un pez colocado sin preaviso dentro de un acuario – escribí el final de este poema y me tiré al agua.

 

Cuando fuera todo es calma y paz
Cuando parezco dormido
Cuando nadie puede saber que te veo
Y que volvemos a juntarnos
Tú y yo mirándonos,
Tranquilos
Y asilados
allá
arriba

 

En el volcán de los sueños

22 de agosto

Se llamaba Idir. Llevaba un turbante muy azul que le [...]

Seguir leyendo